"Destruyeron a una familia. No hay explicación para lo que se ha hecho. Estamos muy mal", le dijo ayer a LA GACETA Fernando Aiziczon, hermano de Pablo. La desazón y el dolor no desapareció para la familia de la víctima, a pesar de que ayer detuvieron a una pareja, sospechosa por el homicidio.
Pero el reclamo de los Aiziczon no se agotó con esta detención. "Gracias a Dios agarraron a esta gente y se está haciendo justicia. De ninguna forma se puede aceptar que alguien haga una locura como la que se ha hecho, pero todavía falta", afirmó Fernando.
"No hay motivos para matar y hacer lo que le hicieron a mi hermano: lo han reventado. No hay justificativos", remarcó.
Hasta el viernes, la incertidumbre se había apoderado de los allegados a Pablo, ya que parecía que la causa no avanzaba. Sin embargo, los investigadores trabajaban aguardando un descuido de la pareja. "Esta mañana (por ayer) nos llamó el fiscal Carlos Albaca. La Justicia tenía todo bajo secreto de sumario. Estaban actuando pero no nos decían nada por una cuestión de seguridad", comentó Fernando acerca del diálogo que tuvieron con Albaca. "Nos dijeron que los agarraron con un placard en al auto, y que adentro de la casa había una raqueta de tenis", describió el hermano de Pablo.
Fernando fue la persona que consiguió el dato clave que les permitió avanzar a los investigadores.
"Dentro de esta desgracia, es una justicia que ya estén adentro. Esta gente merece un castigo de por vida. Ahora hay que esperar que avance la investigación y que esta gente no pueda estar en la calle. Tienen que estar guardados de por vida y voy a pelear para eso", afirmó el hombre luego de acceder a mantener un diálogo.
Las hipótesis
Desde que encontraron el cuerpo de Pablo, su familia se puso a disposición de los investigadores. Así, comenzaron a surgir varias hipótesis sobre el móvil del crimen. El jueves de la semana pasada, Pablo Aiziczon estuvo a cargo de la cantina en el recital de Joaquín Sabina. Por ese trabajo indagaron a Fernando.
"Entendemos que había que investigar todo. Mientras no había ninguna pista, uno no sabía si era por plata o por mujeres", dijo Fernando. Sin embargo, ahora que el crimen estaría, aparentemente, aclarado, no quieren que se ensucie al entorno de su familia.
"Escuché cada locura estos días. Hablaron de gente allegada a nosotros que amenazaron a mi hermano hace tres años. Quiero aclarar que esto es mentira. Es gente amiga, con la cual compartimos muchas cosas", dijo Fernando Aiziczon.
Los hermanos y la madre de Pablo Aiziczon analizan seriamente presentarse como querellantes, para lo cual contratarán los servicios de un abogado: "pelearé para que estén guardados de por vida", repitió Fernando.